A días de la celebración de la Vendimia 2021, un estudio elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) precisó que el Estado argentino se lleva en impuestos cerca del 43% del precio, tanto en envase Tetrabrik, de vinos de mesa y populares, como en botella de tres cuartos, en precio de gama media. E
El viñatero, esto es, el productor primario, explica apenas el 9.4% y el 5.8% del precio final, respectivamente. Esto es, el Estado se lleva entre 4,5 y 7,5 veces más de lo que se lleva el primer eslabón de la cadena vitivinícola.
En el caso del Tetra, el estudio de CAME concluyó que de un precio promedio de $ 88,7 del tetra tinto de gama baja en Capital Federal el productor recibe 9,4% del precio en góndola, la industria bodeguera recibe un 21,6% (resultante de la suma de 11,3% del proceso de elaboración y 10,3% del de fraccionamiento), el distribuidor mayorista 15,2%, el minorista el 10,7% y los impuestos el 43,1 por ciento.
De ahí que el título del informe de CAME se pregunte quién se ha tomado todo el vino. Aunque no se lleve literalmente todo, por lejos el principal chupandín es el Estado.
El gran protagonista
“Una vez más, el Estado en sus tres niveles es el gran protagonista”, dice el estudio que al desagregar los impuestos desde la cosecha de la uva hasta la venta del tetra en góndola, observó que el 69.9% son impuestos de origen nacional y el 30.1% provinciales o tasas municipales.
Los impuestos de mayor incidencia son el IVA (41.9%), Ganancias (24.5%), Ingresos Brutos (de carácter provincial, con 16%), los tributos sobre la mano de obra (3.5%) y “otros impuestos provinciales o tasas municipales” (14,1%).
Así, de lo pagado el consumidor en góndola, un 43,2% va al Estado, un 19.6% son “ganancias netas” de diferentes participantes en el proceso y 37.2% son costos de producción, elaboración y distribución.
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